Ha pasado casi una década desde que Andy Sachs dejó el trabajo «por el que un millón de chicas matarían», como ayudante de Miranda Priestly en la revista Runway, un sueño que resultó ser una pesadilla.La vida de Andy ha mejorado mucho: ha montado su propia revista, que se ha convertido en un referente, y ha conocido al amor de su vida, Max Harrison, con el que está a punto de casarse. Pero el karma le juega una mala pasada y no deja que Andy se libere completamente del pasado. Pronto se da cuenta de que nada es lo que parece, ni su novio, ni su socia ni su propia carrera, y de que sus esfuerzos por construir una nueva vida la llevan de nuevo al infierno del que escapó diez años atrás.
Vuelve la jefa más odiosa de la historia de las jefas odiosas. Vuelve el diablo.
No sé por dónde empezar esta reseña, será muy extensa supongo, como bien saben aquellos que me leen yo soy de los que cuento las cosas entre el libro y yo, la manera en que lo encontré lo adquirí y demás.
En primer lugar quiero comentar que en la reseña: Un despertar glorioso, yo había dicho que no se había traducido nada de Lauren Weisberger, lo más curioso es que en los años que yo lo busqué en realidad no había nada en venta en español de esta autora, pero resulta que en el transcurso en que ya no buscaba más, se publicó no solo “El diablo viste de Prada” si no la secuela y un libro más de ella mima. Me enteré un tantín tarde, pues la edición que quiero ya no está disponible, pero me alegro que al menos consiguiera una copia.
Ahora, este libro me trajo muchas cosas raras, o no sé ni cómo decirle, pero en primer lugar yo no soy de leer las siguientes partes de una obra sin antes haberme leído el libro que haya iniciado todo, aunque esto lo paso por alto cuando me atrae el libro y las primeras partes se agotaron y me dicen que ya no volverán a salir, entonces es cuando digo: “okay a no leer nada, me leo el dos o el tres”. Y con esta obra no me importó, no aguanté esperar me llegara la primera parte.
Bueno ese fue el primer punto, encargué “El Diablo viste de Prada” en una librería y el segundo no lo tenían, así que me pasé a otra librería y ahí tenían “La venganza viste de Prada” y no "El diablo viste de Prada", así que lo adquirí aunque realmente me pareció MUY caro, ahora sí que Prada= Costoso creo solo por el nombre (broma), así que reacio y no tan convencido por el precio porque es rústica, sencillísimo, y comparándolo con el otro ejemplar que adquirí ese mismo día con pasta dura, enorme, costurado y más económico.
Luego cuando lo empiezo leer, resultó no ser tan glamurosa la edición como pensé que sería, de hecho puedo decir que está descuidada con errores, para ser caro y un libro de una autora que ya de por sí vende mucho, no sé porque escatiman en la edición.
Se me avecinó una tormenta en su lectura, si bien tuve momentos en los que si podía leer, igual hubieron muchas distracciones (innecesarias) y mucho cansancio, trabajo, para variar luego decido enfermarme con gripitas y eso me tenía sin ganas, para después de superar la congestión me quedara un dolor de cabeza fuerte y un ojo rojo, ya se imaginarán leyendo literal con un ojo parchado jajaja, pero tenía muchas ganas de continuarlo que no podía soltarlo. Y para colocar un poco de chispas de chocolate al asunto, esta noche tuve una pesadilla terrible, justo cuando me había decidido realizar la reseña. Seguro son coincidencias, pero este libro me traerá todos estos recuerdos cada que me lo tope en mi estante.
Igual hubieron un par de cosas buenas, que no contaré por ahora porque solo están en el aire, pero bueno en verdad que este libro ya me dejó marcado.
Ahora, otro detalle, sí, hay más detalles, -oh my god lo olvidé…..- ¡ya recordé! Me he dado cuenta que los libros así enormes son como que más cómodos visualmente y quizás hasta con mejor presentación, pero sostenerlos en su lectura no es para nada reconfortante.
Pasando al tema del contenido, en definitiva el personaje por el que lo compré fue por Miranda, y para rematar sale en apenas como quince páginas de las cuatrocientas veinticinco que son el libro las cuales me dieron la respuesta a una pregunta que ni siquiera me formulé: me compré el ejemplar y añoraba leerlo no por la autora, no por Andy, no por saber del mundo de las modas, sino por el personaje de Miranda y sus locuras.
Cuando llegaba a una o unas páginas donde se hablaba de Priestly, realmente se me erizaba la piel, sentía su presencia, volvían mis traumas en la época en que trabajé como diseñador para una empresa donde si bien no tenías que ir vestido de tal manera ni ser una talla exacta, palpé ciertas cosas que Andy vivió.
Y hablando precisamente de Andy, su personaje me exasperó, siento que la autora le daba muchas vueltas al mismo asunto, una y otra vez, y otra vez y sí, trescientas páginas después, ¡otra vez!, y muchos eventos, muchas reuniones, pero la trama no sentía que avanzaba, era como leer simplemente los días de una persona sin nada “relevante” lo encierro entre comillas porque me refiero relevante para esos personajes, para ellos que decir casualmente: “trabajo en Google”, “hoy escribí un libro y un director de cine me lo compró”, “mi amigo está triste porque no publicaron lo que escribió de sus sueños hoy en el times pero si en Vogue”, o sea para ser de ese tipo de personas que dicen todo esto como si fuese: “le he puesto más azúcar a mi café” y leer de ellos cosas como: “estuve en casa cuidando a mi hijo, jugando, se enfermó, lleve una carta”, o sea todo eso en diez páginas y otros asuntos parecidos como este en otras doce páginas y luego en once, etc…como que no sé, no le veía mucho caso. No sé si me explico. Quizá si sus empleos fueran más alcanzables para todo tipo de personas si parecería importante cosas mínimas.
No decanto que hubieron un par de cosas y capítulos en los que me reí, que jamás imaginé, que me sorprendieron, que me refrescaron, que podría leer y releer y ser feliz haciéndolo. Y los giros que no te dabas cuenta daría la historia de un momento a otro. Y los personajes muy bien logrados, Emily por ejemplo jamás perdió su carácter aunque pareciera dulces por momentos en sus palabras se palaba cierta rigidez.
Lo que sí es que al leer la sinopsis, ya sabía el final, solo era cuestión de saber cómo se llegaba a ese punto de la historia y créanme que casi lloro y bajé y subí de golpe, fue tremendo a partir de tres capítulos antes de finalizar la obra, exactamente en el capítulo veintiuno.
Por último les dejo con unas de las muchas líneas que me gustaron:
-¿Es que no sabes con quién estás hablando? Si soy capaz de encontrar a Miuccia Prada el día de año nuevo, cuando está viajando en trineo de perros por las Rocosas canadienses, un sitio donde no hay cobertura, también puedo localizar a tu niñera, ¿no crees? Y ahora, ¡vístete y ve al despacho!
En primer lugar quiero comentar que en la reseña: Un despertar glorioso, yo había dicho que no se había traducido nada de Lauren Weisberger, lo más curioso es que en los años que yo lo busqué en realidad no había nada en venta en español de esta autora, pero resulta que en el transcurso en que ya no buscaba más, se publicó no solo “El diablo viste de Prada” si no la secuela y un libro más de ella mima. Me enteré un tantín tarde, pues la edición que quiero ya no está disponible, pero me alegro que al menos consiguiera una copia.
Ahora, este libro me trajo muchas cosas raras, o no sé ni cómo decirle, pero en primer lugar yo no soy de leer las siguientes partes de una obra sin antes haberme leído el libro que haya iniciado todo, aunque esto lo paso por alto cuando me atrae el libro y las primeras partes se agotaron y me dicen que ya no volverán a salir, entonces es cuando digo: “okay a no leer nada, me leo el dos o el tres”. Y con esta obra no me importó, no aguanté esperar me llegara la primera parte.
Bueno ese fue el primer punto, encargué “El Diablo viste de Prada” en una librería y el segundo no lo tenían, así que me pasé a otra librería y ahí tenían “La venganza viste de Prada” y no "El diablo viste de Prada", así que lo adquirí aunque realmente me pareció MUY caro, ahora sí que Prada= Costoso creo solo por el nombre (broma), así que reacio y no tan convencido por el precio porque es rústica, sencillísimo, y comparándolo con el otro ejemplar que adquirí ese mismo día con pasta dura, enorme, costurado y más económico.
Luego cuando lo empiezo leer, resultó no ser tan glamurosa la edición como pensé que sería, de hecho puedo decir que está descuidada con errores, para ser caro y un libro de una autora que ya de por sí vende mucho, no sé porque escatiman en la edición.
Se me avecinó una tormenta en su lectura, si bien tuve momentos en los que si podía leer, igual hubieron muchas distracciones (innecesarias) y mucho cansancio, trabajo, para variar luego decido enfermarme con gripitas y eso me tenía sin ganas, para después de superar la congestión me quedara un dolor de cabeza fuerte y un ojo rojo, ya se imaginarán leyendo literal con un ojo parchado jajaja, pero tenía muchas ganas de continuarlo que no podía soltarlo. Y para colocar un poco de chispas de chocolate al asunto, esta noche tuve una pesadilla terrible, justo cuando me había decidido realizar la reseña. Seguro son coincidencias, pero este libro me traerá todos estos recuerdos cada que me lo tope en mi estante.
Igual hubieron un par de cosas buenas, que no contaré por ahora porque solo están en el aire, pero bueno en verdad que este libro ya me dejó marcado.
Ahora, otro detalle, sí, hay más detalles, -oh my god lo olvidé…..- ¡ya recordé! Me he dado cuenta que los libros así enormes son como que más cómodos visualmente y quizás hasta con mejor presentación, pero sostenerlos en su lectura no es para nada reconfortante.
Pasando al tema del contenido, en definitiva el personaje por el que lo compré fue por Miranda, y para rematar sale en apenas como quince páginas de las cuatrocientas veinticinco que son el libro las cuales me dieron la respuesta a una pregunta que ni siquiera me formulé: me compré el ejemplar y añoraba leerlo no por la autora, no por Andy, no por saber del mundo de las modas, sino por el personaje de Miranda y sus locuras.
Cuando llegaba a una o unas páginas donde se hablaba de Priestly, realmente se me erizaba la piel, sentía su presencia, volvían mis traumas en la época en que trabajé como diseñador para una empresa donde si bien no tenías que ir vestido de tal manera ni ser una talla exacta, palpé ciertas cosas que Andy vivió.
Y hablando precisamente de Andy, su personaje me exasperó, siento que la autora le daba muchas vueltas al mismo asunto, una y otra vez, y otra vez y sí, trescientas páginas después, ¡otra vez!, y muchos eventos, muchas reuniones, pero la trama no sentía que avanzaba, era como leer simplemente los días de una persona sin nada “relevante” lo encierro entre comillas porque me refiero relevante para esos personajes, para ellos que decir casualmente: “trabajo en Google”, “hoy escribí un libro y un director de cine me lo compró”, “mi amigo está triste porque no publicaron lo que escribió de sus sueños hoy en el times pero si en Vogue”, o sea para ser de ese tipo de personas que dicen todo esto como si fuese: “le he puesto más azúcar a mi café” y leer de ellos cosas como: “estuve en casa cuidando a mi hijo, jugando, se enfermó, lleve una carta”, o sea todo eso en diez páginas y otros asuntos parecidos como este en otras doce páginas y luego en once, etc…como que no sé, no le veía mucho caso. No sé si me explico. Quizá si sus empleos fueran más alcanzables para todo tipo de personas si parecería importante cosas mínimas.
No decanto que hubieron un par de cosas y capítulos en los que me reí, que jamás imaginé, que me sorprendieron, que me refrescaron, que podría leer y releer y ser feliz haciéndolo. Y los giros que no te dabas cuenta daría la historia de un momento a otro. Y los personajes muy bien logrados, Emily por ejemplo jamás perdió su carácter aunque pareciera dulces por momentos en sus palabras se palaba cierta rigidez.
Lo que sí es que al leer la sinopsis, ya sabía el final, solo era cuestión de saber cómo se llegaba a ese punto de la historia y créanme que casi lloro y bajé y subí de golpe, fue tremendo a partir de tres capítulos antes de finalizar la obra, exactamente en el capítulo veintiuno.
Por último les dejo con unas de las muchas líneas que me gustaron:
-¿Es que no sabes con quién estás hablando? Si soy capaz de encontrar a Miuccia Prada el día de año nuevo, cuando está viajando en trineo de perros por las Rocosas canadienses, un sitio donde no hay cobertura, también puedo localizar a tu niñera, ¿no crees? Y ahora, ¡vístete y ve al despacho!
Hasta muy pronto.
RBC.
Hay que leerlo, aunque primero debo comenzar con el primero. Besos.
ResponderEliminarSiii, definitivamente este libro es muy bueno.
ResponderEliminarComo te dije hace algún tiempo, es mi favorito de los dos.
Recomendadisimo!
Gracias por la reseña :D
Besotes :*
Cristina H.Q (Kriz)