-Creo, hasta donde uno puede estar seguro, el personaje no está basado en mí. Es cierto que estoy a punto de terminar otra novela, pero el ambiente en el que trabajo no se parece en nada al del relato;es bastante más bullicioso.
-La casa del relato es pura invención, aunque como ya se sabe: la imaginación es el arte de combinar los recuerdos. Si esto es cierto, de algún modo fragmentario o deformado la casa del relato ha de existir en alguna parte.
-En cierto modo creo que no es descabellado pensar que lo que se relata en el cuento me sucede de continuo. Sucesos aparentemente cotidianos e intrascendentes de pronto adquieren otro color y se convierten en algo espantoso. Creo que esa es la verdadera esencia del terror: lo cotidiano convertido en algo amenazante. Pocas cosas me ha causado más impacto que el comienzo de la película "El exorcista”, es un plano en el que se ve la trampilla de un desván y se escuchan unos golpes. Son unos leves golpes, intrascendentes, puede ser cualquier cosa, pero el espectador ya sospecha que se trata de algo terrorífico. O el relato de Julio Cortázar, Texto en una libreta: en este caso algo tan banal como que el conteo de los que entran y se en el metro no coincida nos pone los pelo de punta. O, poniendo la mirada en la realidad, el error de un amigo soltero que una noche, mientras tomábamos unas cervezas, llamó por error al teléfono fijo de su casa vacía: ¡estoy llamando a casa. qué tonto!!. Se quedo pálido cuando otro amigo le dijo: pues imagínate si alguien contesta.
A veces no necesitamos de monstruos ni fantasmas, ni maldiciones, basta con...un pequeño chirrido.
-La casa del relato es pura invención, aunque como ya se sabe: la imaginación es el arte de combinar los recuerdos. Si esto es cierto, de algún modo fragmentario o deformado la casa del relato ha de existir en alguna parte.
-En cierto modo creo que no es descabellado pensar que lo que se relata en el cuento me sucede de continuo. Sucesos aparentemente cotidianos e intrascendentes de pronto adquieren otro color y se convierten en algo espantoso. Creo que esa es la verdadera esencia del terror: lo cotidiano convertido en algo amenazante. Pocas cosas me ha causado más impacto que el comienzo de la película "El exorcista”, es un plano en el que se ve la trampilla de un desván y se escuchan unos golpes. Son unos leves golpes, intrascendentes, puede ser cualquier cosa, pero el espectador ya sospecha que se trata de algo terrorífico. O el relato de Julio Cortázar, Texto en una libreta: en este caso algo tan banal como que el conteo de los que entran y se en el metro no coincida nos pone los pelo de punta. O, poniendo la mirada en la realidad, el error de un amigo soltero que una noche, mientras tomábamos unas cervezas, llamó por error al teléfono fijo de su casa vacía: ¡estoy llamando a casa. qué tonto!!. Se quedo pálido cuando otro amigo le dijo: pues imagínate si alguien contesta.
A veces no necesitamos de monstruos ni fantasmas, ni maldiciones, basta con...un pequeño chirrido.
Daniel.
Para leer el relato de Daniel
sólo hay que dar click en la siguiente imagen y encontrar el capítulo
"El llamado":
¡Yo no abriría ni madres!
ResponderEliminarJe, excelente relato.