9 de octubre de 2011

UN INTERMEDIO

No sé mucho de historia, no he leído mucho y admito que soy aún muy ignorante en infinidad de cosas, pero lo poco que he visto, escuchado, me ha hecho pensar en estos días mucho; todo a partir de la controversia que se han  creado unas personas muy cercanas a mí, acerca de Dios, hace poco mientras disfrutaba de una película con la temática de Dioses griegos, los que fueron divididos en un sector o fragmento especializado (por así decirlo) como por ejemplo Dios de los océanos; ver como uno de esos Dioses permite que otro haga del mundo una atrocidad, debido a que los humanos hemos desafiado tanto a la divinidad, a tal grado de atrevernos a compararnos con alguno; actualmente creo que no se aleja mucho de realidad, olvidamos que somos mortales en diversas ocasiones, pasamos por alto cosas importantes por cosas vánales, demasiado superficiales, que ocasionan pérdidas enormes por obtener “éxito” en algo realmente no es nada necesario.
Entonces nos atrevemos a preguntar, ¿Por qué?, ¿Por qué si hay algo divino, tan grande, permite que sucedan tantas desgracias en este mundo?, ¿Por qué si nos ama, permite guerras, muertes, enfermedades y nos arrebata lo único; la vida?...
 Hace poco entre los múltiples libros que me he comprado apresuradamente, me hace creer que voy como aquellas ciudades grandes que presumen de tener todo, pero realmente no terminan de explorar una cosa, cuando ya llega otra nueva, y al final nos encontramos en un desorden; un desorden que al principios hace sentirnos demasiado bien, tanto  como para intentar ver desde arriba, sin embargo al final todo resulta ser abrumador. Pero a lo que iba es que en uno de los tantos escritos leí algo que me hizo frenar y permitirme UN INTERMEDIO para reflexionar
Generalmente solo sintiendo lastima nos volvemos generosos.
¿Por qué no hacer lo mismo con un familiar, un amigo, un compañero de trabajo, un empleado, un vecino quién solo tiene un problema y no está quemado, ni tiene cáncer o sida?…a ese difícilmente le vamos a tender una mano.
¿Por qué?
¿Por qué nos hacemos los locos con esa caridad que deberíamos hacer día a día y que roza nuestras vidas?
¿Por qué en vez de brindar nuestra mano, la escondemos?
¿Por qué queremos caricias mientras estamos dando cachetadas?
¿Por qué exigir fidelidad si somos mentirosos e hipócritas?
¿Por qué pedirle a tu hijo que respete a las mujeres si tú no respetas a su mamá?
¿Por qué me educa la televisión con micromensajes de valores altruistas y luego me hace ver todo lo contrario, que el éxito sólo está envuelto en sexo, droga, violencia y estafa?
A estas cuestiones agrego…
¿Por qué le pedimos a Dios que no nos olvide, si nosotros contadas veces lo recordamos? Y si lo hacemos es debido a un enorme problema.
¿Por qué si nos dice que practiquemos el bien, nosotros nos aferramos al mal y luego cuando estamos hasta el cuello le pedimos que nos aleje de él?
Y así puedo ir agregando infinidad de cuestiones que nos permite claramente ver lo injustos e insaciables que a veces somos.
Sé y créanme que realmente lo sé, que en estos tiempos es muy complicado confiar, y permitir que los sentimientos a flor de piel nos lleven a una plenitud en este mundo, como lo he dicho es difícil pero no imposible y creo fervientemente que si nos vamos congregando a practicar el bien, llegaremos a contagiar a otros y multiplicarnos para lograr una estancia mejor aquí en la tierra. Ahora recuerdo cuando mi maestra de filosofía nos comento que antes que el alma se vea encerrada en el cuerpo, esta es sabiduría pura, al quedar atrapadas en lo corpóreo, olvida, lo que nos lleva a que aprender realmente no es nada más que recordar; de igual manera considero que en nosotros esta la bondad, el amor, la honestidad, y demás valores positivos, sólo es cuestión de practicarlas día a día para que alguien más venga respondiéndonos con esa mismas acciones y nos haga rememorar lo bien que se siente; así como nosotros lo haremos.
En otra lectura me encontré con esta corta pero significativa frase:
Si TÚ tomas el bien en serio; lo haces puntual; eres tranquilo, amable y haces todo para Dios…
Dios hará todo para ti.

RBC.

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